martes, 16 de mayo de 2017

Mis noches sin vos

Mis noches sin vos son largas, kilométricas, eternas
obstinadas, duras, ásperas, maliciosas, tormentosas.
Me matan, me consumen…

Quiero irme lejos, pero con vos.
Quiero morirme, pero en vos
encima tuyo.

Desgarrarme de tu amor, llenarme de  tu miel
palpar tu pulso, agitar nuestro impulsos.
Desatar mi pueril pasión en todo tu cuerpo.

Amame despacio que me muero
que ya no puedo, que ya no quiero
pasar más noches sin vos.

mi amor…este es un grito de dolor, del mío, del más puro.
Extraño te los días todos

viernes, 5 de mayo de 2017

Me perdono.


                                 Me perdono:

Me pido perdón por haberte querido tanto,  que me olvidé de mí
Me pido perdón  por buscarte cuando vos te escondías.
Me pido perdón por haber estado esperándote.
Me pido perdón  por demostrarte ser frágil, cuando en realidad soy una guerrera.
Me pido perdón por esas noches en las que me pasé mirando el techo sin poder dormir, con los ojos chorreando  lágrimas.
Me pido perdón, por complacerte y no  recibir más que mierdas de tu parte.
Me pido perdón por todas esas cosas lindas de vos que nunca te dije, pero que creí en silencio.
Me pido perdón por estar disponible siempre para vos.
Me pido perdón por haberme abandonado.
Por haber perdido tanto tiempo amándote en silencio.
Me pido perdón por tantas cosas…
Pero hay algo de lo que me enorgullezco: no haberte pedido perdón a vos.

jueves, 4 de mayo de 2017

El poeta oscuro

El poeta oscuro

Y cuando el rayo del sol lo iluminaba, yo estaba bajo las sábanas, amando las partes más bajas de su anatomía.
Repté sobre su cuerpo hasta llegar a su boca, y al culminar aquel húmedo beso dí por terminado aquel recorrido con otro más suave en su frente. Por un momento, sentí que lo protegía de aquel mundo que lo había herido tantas veces.
 Pronto, lo encontré desnudo sobre mí, con su cabeza apoyada en mi pecho; mis brazos no dudaron y rodearon su humanidad con la calidez de una entrañable amistad, mas no éramos otra cosa.
Aún así, no hacíamos más que amarnos...
Aquella mañana me sentí libre, su presencia había aflorado en mí sentimientos que hasta ese entonces reconocía ajenos.
Él era lo único que quería en este mundo, y a pesar de saber que la posibilidad de no volvernos a ver era amplia,  me entregué por completo a aquellas manos.
Yo no sabía su nombre. - llamame como quieras -me dijo.
Durante la noche se me escapaban los " te quiero", y llegué a pensar  que el nombre que le daría era ese. Al otro día seguía sin saberlo, y así ,sin más, nos despedimos. Se vistió rápidamente y corrió hacia la puerta. Lo detuve a tiempo y ,desesperada, le pregunté dónde podría encontrarlo y cuándo nos volveríamos a ver.
- Descuida, debajo de la almohada te dejé un pequeño papel. Allí encontrarás todo aquello que necesitas saber.
En cuanto se fue, me dirigí a la cama, tomé la almohada y la revoleé con furia hacia el fondo de la habitación; y allí estaba, ese pequeño papel. Lo sostuve delicadamente, como si fuese el pétalo de una rosa, y me dispuse a leerlo. Mi desesperación llegó a su nivel más alto, no podía creer lo que estaba leyendo:
--------------------------------------
Yo también te quiero...
    Te voy a cuidar siempre.

Tu poeta oscuro.
--------------------------------------

Mi  desilusión fue enorme, pensaba encontrar una dirección o un teléfono. No tenía nada de él, ni siquiera su nombre.
Pero, ya han pasado veinte años, y nunca más volví a verlo. Jamás había vuelto a mencionar a aquel hombre que otrora me había dado la noche más feliz de aquella juventud que ya no gozo.
En noches de viejas memorias, la soledad me abraza y lo recuerdo. Recuerdo su piel caliente como brasa, sus manos suaves, sus ojos café y su cabello perfectamente despeinado.
Ahora, mientras camino por aquella calle  desolada, lo veo como sombra entre la gente.
¡poeta oscuro! ¡¿dónde estás?!- grito con fuerza-.
Entonces, voy hacia el puente en donde nos encontramos aquella vez, pero no está allí.
No puedo sostener más esta agonía, traspaso el barandal y me entrego al abismo. Dos minutos más tarde, en lo profundo del vacío, nos volvimos a encontrar.

escrito por M.R.C